De acuerdo con el artículo de El País, la brecha de género en la elección de carreras universitarias sigue siendo una realidad en España, según se desprende de dos informes recientes. Uno de ellos muestra que en el ámbito de la informática, el 86% de los estudiantes son hombres y solo el 14% son mujeres. Por otro lado, en Enfermería, ocurre lo contrario: el 92% de los estudiantes son mujeres y solo el 8% son hombres.

Esta situación refleja cómo los estereotipos de género y las expectativas sociales influyen en la elección de carrera de los jóvenes. Según expertos en la materia, esto puede llevar a una segregación ocupacional y a limitar el potencial de crecimiento económico y social del país.

Los informes también señalan que estas desigualdades no solo afectan a la elección de carrera universitaria, sino que también se traducen en una brecha salarial. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, las mujeres que trabajan en el ámbito de la enfermería ganan un 13% menos que los hombres que trabajan en el sector de la informática.

Para abordar esta problemática, se están llevando a cabo diversas iniciativas en el ámbito educativo. En algunos colegios, se están implementando programas que promueven la igualdad de género y que buscan que las niñas se interesen por la tecnología y los niños por las carreras sanitarias.

Además, se están impulsando medidas para combatir la brecha salarial y las desigualdades laborales. En este sentido, se han aprobado diversas leyes que buscan fomentar la igualdad de género en el mercado laboral, como la ley de igualdad salarial o la ley de igualdad efectiva entre hombres y mujeres.

En definitiva, la brecha de género en la elección de carreras universitarias sigue siendo una realidad en España, pero se están llevando a cabo diversas iniciativas y medidas para combatirla. Es necesario seguir trabajando en la promoción de la igualdad de género en el ámbito educativo y laboral para lograr una sociedad más justa e igualitaria.

Otra de las iniciativas que se están llevando a cabo es la implementación de políticas de inclusión en las empresas. Se busca fomentar la diversidad de género en los puestos directivos y técnicos, así como en las áreas de trabajo que históricamente han sido ocupadas por hombres. Estas políticas no solo buscan fomentar la igualdad de género, sino que también pueden mejorar la productividad y la innovación en la empresa, ya que la diversidad de perspectivas y experiencias puede ser muy valiosa en el ámbito laboral.

Además, las empresas que promueven la igualdad de género también pueden mejorar su imagen pública y atraer a un mayor número de clientes y consumidores que valoren este compromiso social. En definitiva, la inclusión de la perspectiva de género en las empresas es una herramienta importante para combatir la brecha de género en el mercado laboral y fomentar una sociedad más igualitaria.