Entrevistador: Gracias por tomar el tiempo de hablar conmigo. ¿Puedes decirme un poco sobre ti y cómo entraste en la industria del trabajo sexual?
Maria: Me llamo Maria. Decidí entrar en la industria del trabajo sexual por diversas razones, entre ellas. la necesidad, el deseo de independencia financiera y la flexibilidad de horario. Muchas personas asumen que todas las trabajadoras sexuales somos víctimas de circunstancias adversas, y aunque es cierto que hay quien lo hace por necesidad inicialmente, también hay quienes como yo lo hacen por elección.
Entrevistador: ¿Cómo es un día típico para ti?
Maria: Bueno, cada día puede variar dependiendo de los clientes y las citas. Algunos días pueden ser tranquilos y otros muy ocupados. Parte de mi trabajo consiste en gestionar mi propio marketing y programar citas, así como cuidar de mi salud y bienestar. No es solo el tiempo que paso con los clientes, también hay mucho trabajo administrativo y de autocuidado.
Entrevistador: ¿Cuáles son los mayores desafíos a los que te enfrentas en tu trabajo?
Maria: Los estigmas sociales son un desafío constante. A menudo, la gente tiene preconcepciones sobre lo que significa ser trabajadora sexual. También, como muchas de nosotras trabajamos de manera independiente, a veces puede ser un reto garantizar nuestra seguridad.
Entrevistador: ¿Hay algo que desearías que la gente entendiera mejor sobre el trabajo sexual?
Maria: Sí, que el trabajo sexual es trabajo. Desearía que las personas entendieran que la mayoría de nosotras somos profesionales que merecemos respeto y derechos laborales como cualquier otra profesión. No todas las trabajadoras sexuales somos víctimas ni todas somos empresarias empoderadas. Somos una mezcla y nuestras experiencias son diversas.
Entrevistador: Gracias por compartir tus experiencias y perspectivas. ¿Algún consejo para quienes estén considerando entrar en esta industria?
Maria: Sí, primero, haz tu investigación. Conoce tus derechos y los riesgos. También es importante cuidar de tu salud mental y física. Y por último, si puedes, busca una comunidad de apoyo. El trabajo sexual puede ser un trabajo solitario, pero tener a alguien que entienda puede hacer una gran diferencia.
Entrevistador: Una creencia común que algunas personas tienen es que todas las trabajadoras sexuales son obligadas a entrar en este campo. ¿Puedes compartir tu punto de vista sobre este tema?
Maria: Sí, esa es una idea equivocada muy común. La verdad es que la industria del trabajo sexual es muy diversa y las experiencias de cada trabajadora son únicas. Hay algunas personas que son obligadas a trabajar en la industria del sexo, lo cual es una violación inexcusable de los derechos humanos y debe ser abordado de manera contundente. Sin embargo, no todas las trabajadoras sexuales son víctimas de tráfico o coacción. Hay muchas trabajadoras sexuales que han elegido voluntariamente este trabajo por una variedad de razones.
Es importante destacar que las cifras que a menudo se citan sobre la cantidad de personas forzadas a la prostitución son, en muchos casos, imprecisas o exageradas. Los estudios han demostrado que estas cifras a menudo no distinguen entre quienes trabajan en la industria del sexo por elección, por circunstancia o por coacción.
Por lo tanto, es vital luchar contra la explotación y el tráfico sexual, pero también es importante no borrar o ignorar las voces y experiencias de las trabajadoras sexuales que han elegido este trabajo voluntariamente. Necesitamos leyes y políticas que protejan a todas las trabajadoras sexuales, independientemente de cómo llegaron a este campo.
Entrevistador: Una propuesta que a veces se menciona es la abolición de la prostitución. ¿Cómo crees que te afectaría a ti y a otras trabajadoras sexuales si se implementara?
Maria: La abolición de la prostitución podría tener consecuencias graves para muchas trabajadoras sexuales. En mi caso, soy viuda y mantengo a mis dos hijos y a mi familia en mi país de origen con el dinero que gano. Para mí, y para muchas trabajadoras sexuales en situaciones similares, perder este ingreso sería un desastre.
Además, aunque se habla mucho de programas de apoyo y ayudas sociales para las trabajadoras sexuales que quieren dejar la industria, la realidad es que estos recursos son a menudo inadecuados o simplemente inexistentes. Las promesas de ayudas a menudo no se cumplen, y las que existen rara vez tienen en cuenta las realidades y necesidades específicas de las trabajadoras sexuales. Muchas de nosotras no tenemos otra forma viable de ganarnos la vida, y la abolición de la prostitución sin proporcionar apoyos sustanciales y viables nos dejaría en una situación desesperada.
Así que sí, la abolición de la prostitución sin un plan integral y efectivo de apoyo a las trabajadoras sexuales podría generar grandes problemas económicos y sociales. Necesitamos soluciones que reconozcan y respeten nuestra autonomía y nuestras decisiones, y que proporcionen opciones reales y sostenibles para quienes desean dejar la industria.
Entrevistador: Durante la pandemia, ha habido críticas hacia algunos grupos feministas y partidos políticos, como el partido Socialista, acusándolos de abandonar a las trabajadoras sexuales sin ayuda. ¿Cómo te has sentido al respecto?
Maria: Es cierto, muchos de nosotros sentimos un profundo abandono durante la pandemia. Las personas que a menudo dicen que somos víctimas, como ciertos grupos feministas y partidos políticos, no ofrecieron la ayuda que necesitábamos. Cuando la pandemia golpeó y las restricciones fueron implementadas, muchos de nosotros perdimos nuestras fuentes de ingresos de la noche a la mañana. Y a pesar de las promesas de ayuda y apoyo, muchos de nosotros no recibimos nada.
No era sólo cuestión de dinero. Muchas de nosotras necesitábamos asesoramiento, apoyo emocional, acceso a servicios de salud y más. Pero nos encontramos a menudo solas y sin ningún tipo de ayuda. La pandemia expuso cuánto trabajo queda por hacer para garantizar que las trabajadoras sexuales tengan el mismo acceso a la ayuda y el apoyo que cualquier otra persona en tiempos de crisis.