En los últimos tiempos ha surgido un nuevo fenómeno en la sociedad occidental que ha causado controversia y preocupación en los movimientos feministas: las llamadas «tradwives», mujeres que defienden y viven un estilo de vida en el que la sumisión y la entrega a su esposo son los pilares fundamentales.
Este término, que proviene de «traditional wife» o «esposa tradicional» en español, hace referencia a un tipo de mujer que aspira a una vida de ama de casa y dedicación exclusiva al hogar y a su marido, y que defiende valores tradicionales como la feminidad, la maternidad y la sumisión al varón. Estas mujeres suelen ser muy críticas con el feminismo y la igualdad de género, alegando que estas corrientes van en contra de la naturaleza y la biología de la mujer.
Según informa bebesymas, aunque el movimiento «tradwife» es minoritario, ha generado preocupación y rechazo en la sociedad, especialmente en los sectores feministas, que lo ven como una romantización del sexismo y una vuelta a valores patriarcales y opresivos para la mujer. Según expertas en género, esta corriente es peligrosa porque supone un retroceso en la lucha por la igualdad de derechos y la autonomía de la mujer, y porque puede ser utilizada por sectores conservadores para justificar la discriminación y la violencia machista.
Sin embargo, no todas las mujeres que se identifican con la corriente «tradwife» comparten los mismos valores extremistas. Algunas defienden un estilo de vida más tradicional y enfocado en la familia, pero sin renunciar a su autonomía y libertad individual. Para ellas, la elección de vivir como amas de casa y dedicarse exclusivamente a su hogar y a su familia es una decisión personal y legítima, siempre y cuando se haga desde la libertad y la igualdad de oportunidades.
Es importante destacar que la crítica al movimiento «tradwife» no se dirige a las mujeres que deciden ser amas de casa o dedicarse a su familia, sino a aquellas que defienden una visión patriarcal y sexista de la mujer y que promueven la sumisión y la entrega al esposo como valores fundamentales. El debate en torno a las «tradwives» que también recoge el 20Minutos, pone de manifiesto la necesidad de seguir luchando por la igualdad de género y de respetar la autonomía y la libertad individual de cada persona, sin importar su género o su elección de vida.
La realidad es que esta corriente no representa a todas las mujeres que deciden quedarse en casa y cuidar a sus hijos. El feminismo aboga por la libertad de elección de cada mujer, y esto incluye el derecho a decidir si se quiere trabajar fuera del hogar o quedarse en casa. Sin embargo, el problema radica en cuando se idealiza y se romantiza una forma de vida que implica la sumisión y la dependencia económica de una pareja, lo que puede llevar a situaciones de abuso y desigualdad. Es importante recordar que la igualdad entre hombres y mujeres implica una distribución equitativa de las responsabilidades y los cuidados del hogar y de los hijos, y no la subordinación de una persona a otra.